Mercado inmobiliario, Época de turbulencias
Esta convulsión condiciona todo tipo de decisiones y muy especialmente tiende a paralizar el mercado inmobiliario.
Por Ing. Alberto Bottai
La Argentina se encuentra convulsionada y esto repercute en la vida de cada ciudadano. Esto se debe, en gran medida, al hecho que tenemos un gobierno que en el año próximo termina su mandato y por lo tanto carece de un proyecto nuevo y como nuevo, también esperanzador, donde los ciudadanos podamos depositar nuestras ilusiones.
Y esta convulsión condiciona todo tipo de decisiones y muy especialmente tiende a paralizar el mercado inmobiliario. ¿Tiene una postura lógica la persona que se niega a tomar decisiones o simplemente se paraliza porque toma en cuenta situaciones que no son de su directa competencia?
Algunos ejemplos
Tomemos el ejemplo muy común de una pareja mayor que vive en la casa donde habitaba la familia, pero los hijos se fueron y en estos momentos sobran habitaciones y espacios que por innecesarios se tornan incómodos. Si por esta razón la idea es cambiar por algo más pequeño y el resto del producido destinarlo para otra inversión, no habría inconveniente en hacer este cambio en cualquier época. Es decir, lo que esta pareja necesita no es una venta sino simplemente cambiar, de lo que no le es útil por lo que necesita. Y si esta permuta le conviene, carece de toda importancia si estamos hablando de dólares o pesos y de cómo se encuentra la cotización del dólar en este momento.
Es decir, habrá que plantear al agente inmobiliario que lo que se pretende es hacer una operación simultánea de cambio de propiedades, donde claramente el propietario pasará a poseer lo que le conviene y se desprenderá de su propiedad que ya no le es útil.
Esta suerte de “permuta” no se hace necesariamente entre los mismos dueños. Habrá que encontrar el mejor comprador paro lo que se vende y simultáneamente, la mejor vivienda para las nuevas necesidades. Muchas veces vemos este caso, en viudas o viudos que dilatan una decisión por temor de hacer un mal negocio sin reparar que el verdadero “negocio” es buscar una alternativa que les permita disfrutar de lo que se tiene.
Tampoco inciden los problemas del país, cuando comenzamos a transitar nuestra vida en forma independiente. No puedo imaginar en qué circunstancia podría ser un mal momento para que mediante ahorros, ayuda de familiares o un crédito, un joven pueda adquirir una casa o departamento.
Me permito concluir que es importante primero elaborar la idea de qué es lo que verdaderamente queremos y necesitamos. Así, si tenemos un proyecto, estaremos en condiciones de llevarlo a la práctica y en ese nuevo trabajo aparecerá la esperanza en el futuro y abandonaremos muchos de nuestros actuales temores.