¿Lograremos revertir los argentinos nuestro derrotero de atraso?
Por Ing. Alberto Bottai
Esta realidad es muy poco discutida por los argentinos y por haber sido una constante a través de los años transcurridos, no existe un partido o tendencia política al que podamos hacer responsable por este atraso.
Para dar ejemplo de lo dicho, recuerdo que cuando cursaba la escuela primaria, estudiábamos que nuestros índices de alfabetización eran comparables con los de Italia, superiores a los de Francia y en mayor medida a los de España. Ni hablar de compararlos con los de América Latina, donde teníamos gran ventaja a nuestro favor. Otro ejemplo lo aportó mi amigo Rolando González, que recordó que en los primeros años de la década del 70, nosotros exportábamos calculadoras a Japón y cubiertas a Austria, donde había una planta Michelin.
Solo puedo marcar mis temores, en la creencia de que si estudiamos y reflexionamos sobre lo que nos ocurrió, un futuro exitoso será posible.
Que nos pasó para que luego de estos de 70 años, perdiéramos estas importantes diferencias en lo cultural y pasáramos de país exportador de petróleo y gas natural, a ser neto importador.
Pensando en la importante inmigración europea que en busca de trabajo y de forjar una posición para su familia, en mucho contribuyó para nuestra grandeza de otrora, creo que nuestro principal problema fue que muchos de sus descendientes optamos por un pasar menos sacrificado, posible en este país lleno de riquezas naturales donde no bastan algunos períodos de gobierno para hacerlo caer en bancarrota. En estos últimos años, los precios de las materias primas que exportamos, principalmente soja, fueron tan buenos que permitió al gobierno dilapidar ingresos en subsidios de toda índole que, además de eternizarlo en el poder, contribuyó para educarnos en cómo perder la cultura del trabajo. Como lo demostró la historia, es muy difícil perder una elección cuando tenemos un pasar aceptable, sin importar si casi tenemos el record mundial inflación, si no nos quedan reservas en el Banco Central o que nos peleamos con casi todo el mundo. Y todo esto acompañado de relatos fantásticos, que ni los cortes de energía en Buenos Aires o que no se puede hablar normalmente por celular, parece que pueden desmentir.
Creo que sería posible lograr que se instale un gobierno que produzca una administración seria e inteligente y de esta manera pueda revertir la tendencia. Pero el mayor problema que enfrentaría es que luego del festival de subsidios que estamos viviendo, tendrán que venir tiempos de austeridad hasta lograr un punto de equilibrio, con el riesgo de que porque solo pocos comprenden lo que es un país saqueado y aislado, aún contando con la fortuna de una administración responsable que hiciera crecer al país, podría ser tildada de “parecida” a la de estos últimos años y por lo tanto no justamente valorada en las elecciones que le toque enfrentar. Y de esa forma, luego de otros cuatro años de esperanza, caeríamos nuevamente en el idéntico camino del fracaso.
Lamentablemente no puedo terminar este artículo sugiriendo una solución a lo planteado. Solo puedo marcar mis temores, en la creencia de que si estudiamos y reflexionamos sobre lo que nos ocurrió, un futuro exitoso será posible y conservo la esperanza de poder vivirlo.
Creo que sería posible lograr que se instale un gobierno que produzca una administración seria e inteligente y de esta manera pueda revertir la tendencia.