Esperanza pyme, no todo está perdido
No todo este perdido para las pymes. El neurólogo Facundo Manes en reiteradas oportunidades ha dicho que el “verdadero capital” de las organizaciones y países es el “capital mental”. También ha dicho que la argentina necesita de un “plan estratégico”.
Por Lic. Claudio M. Pizzi*
Hace muy poco realice una encuesta en una red social muy conocida (Linkedin) preguntando si el problema de crecimiento y desarrollo de las pymes de Latinoamérica se debía principalmente a: a) los efectos que produce la clase política en la economía, b) la cultura y educación, c) los países y empresas extranjeras, d) o la falta de profesionalización y de una buena gestión. Los resultados fueron: 55%, 17%, 4% y 23%, respectivamente.
Si bien no se pueden sacar conclusiones en términos globales, dado que no es una muestra representativa de una población, es interesante marcar un par de aspectos que el común de la gente, no suele destacar.
Siendo una red social mayoritariamente integrada por profesionales y empresarios, el 45% de los votantes les bajó el peso a las decisiones de la política y se centró más en otras cuestiones. La cultura y la educación y la falta de profesionalización fueron puntos altos, y tan solo un 4% ha culpado a las grandes empresas acerca del destino de las pequeñas y medianas empresas y de los proyectos emprendedores.
No podemos hacer desaparecer al 55%. Los gobiernos y sus decisiones en materia legal, impositiva y burocrática, castigan muy duro a este segmento. Afrontar el costo laboral, las altas tasas de interés y la falta de crédito barato no es sencillo. Los emprendedores sin experiencia y las empresas mal constituidas suelen pagar las consecuencias alimentando la tasa de mortalidad en los primeros 3 años de existencia. ¿Serán las que forman parte de ese 23%?
No todo este perdido para las pymes. El neurólogo Facundo Manes en reiteradas oportunidades ha dicho que el “verdadero capital” de las organizaciones y países es el “capital mental”. También ha dicho que la argentina necesita de un “plan estratégico”.
Para hacer frente a las decisiones desafortunadas de los gobiernos, mantenerse a flote, crecer y desarrollarse, las pymes deben recrear sus “visiones”. Se han acostumbrado a “sobrevivir” en el corto plazo. El planeamiento estratégico puede representar una “salida” a este tipo de concepciones. Requiere “actualizar los modelos mentales”, “capacitarse”, aprender a delegar, formar a la gente para la toma de decisiones, desarrollar equipos comprometidos con la calidad, la atención a los clientes y la innovación. El planeamiento estratégico necesita de la inteligencia y la flexibilidad para el análisis permanente de la “cadena de valor” y el “modelo de negocios”. Es la brújula que le hace falta a las pymes para “ordenarse en el camino del desarrollo y la sustentabilidad”.
Nadie en su sano juicio puede negar el peso de los malos gobiernos en el destino de las organizaciones, pero no podemos quedarnos de brazos cruzados justificando nuestra existencia y relegando los sueños. Por lo menos, “Mercado Libre”, no lo hizo.
La única solución de fondo para elevar el nivel de vida de los pueblos, es el desarrollo de empleos privados de calidad. Por tal motivo, crear pymes con futuro, no debería ser considerado un deseo, sino la única opción viable.
Medir la cuota de ventas, los ingresos de las cobranzas, y los costos de estructura, es importante, pero también lo es el alcance de la Misión, la Visión y los valores corporativos, el diseño de la estructura, la calidad del liderazgo y la capacidad de resiliencia. Son conceptos todos que “fabrican la verdadera rentabilidad de la empresa”.
Abrir la mente a un nuevo escenario, significa pensar en “alianzas estratégicas”, en el desarrollo de planes de mediano y largo plazo flexibles, en la aceptación del coaching y el asesoramiento externo como staff soporte para tales fines.
La pandemia nos ha dejado tres enseñanzas centrales para encarar el nuevo presente y futuro que enfrentamos. La primera es la aceptación de la complejidad y la incertidumbre como patrones dominantes. La segunda es lo inútil que puede ser intentar enfrentarse a los retos de la tecnología y el cambio con las herramientas y las ideas del pasado, y la tercera y fundamental: nadie puede hacerlo todo, hacerlo bien y en soledad.
*Director
Gestión, Coaching & Capacitación
Autor del texto: “Planeamiento Estratégico & Control de Gestión Sustentable. Creando pymes con futuro”. Editorial Sb.
www.dorbaires.com