El comienzo de un ciclo virtuoso
Esta afirmación y considerando que me dedico a la venta de propiedades, más parece una expresión de deseo que la conclusión a que se arriba luego de estudiar las variables que gobiernan el mercado, pero veamos el porqué de la misma.
Por Ing. Alberto Bottai
Distintos problemas en la economía que enfrentó la anterior administración, hicieron que desde hace unos dos años nos moviéramos con una inflación importante y la consecuente devaluación de nuestra moneda. En este contexto, llegamos a las PASO, donde resultados adversos al gobierno, generaron otro importante aumento del dólar (pasó de $40 a $60). Este aumento, fue la reacción de los mercados a la posibilidad de que, la coalición que había logrado mayoría, instalara una nueva administración despojada de austeridad en las cuentas públicas, manejo de la deuda, etc.
Pero cuando el nuevo gobierno toma el poder, lejos de instalar una política de reparto, instala un ajuste aún superior a lo que los argentinos conocíamos, que lleva al dólar un 30 % más arriba.
Hay un dicho: “Donde va Vicente, donde va la gente”, que refleja que hicimos los argentinos, que, en definitiva, somos “El mercado”, aunque muchas veces no lo percibamos. Todos los argentinos corrimos a comprar dólares, sin importar que otras cosas necesitábamos.
Estoy diciendo: ¿El que apuesta al dólar pierde? No, para nada. Es lógico que cuando uno tiene una moneda enferma que sufre de inflación, se refugie en otra de prestigio, que en general para los argentinos es el dólar.
Pero analicemos: Llegamos a este último valor de dólar, no por la reacción de las personas ante un desgobierno que nos hace incierto el futuro, sino que es el propio gobierno que aumenta los impuestos y aumenta un 30% para quien quiera gastar dólares en el exterior, instalando una política absolutamente contraria a la esperada, donde el ajuste es más que importante.
Es decir, hizo que el dólar tomara una alta paridad y el ajuste general que impuso donde todos ponemos algo, no muestra razones para otro futuro aumento.
Pero para que compra dólares la gente
Para conservar el mayor valor de sus ahorros. Y cuando vemos que aumenta, dejamos de lado cualquier gasto o inversión y nos deleitamos, viendo como aumenta la cantidad de nuestros ahorros. Pero cuando deja de crecer y vemos que, si queremos hacernos de pesos, recibimos menos del valor que había alcanzado, comenzamos a notar que tenemos reservas más allá de lo razonable para enfrentar imprevistos, enfermedades, etc. y tenemos carencias que podemos solucionar invirtiendo parte de estas reservas. Este es el comienzo del círculo virtuoso que entiendo está comenzando.
En otras palabras: abandono el deporte de la compra de dólares y decido arreglar el baño, ampliar mi casa o invertir en la compra de un inmueble u otro bien que colabore a hacer mi vida más feliz, comienzo o amplio una actividad productiva, siempre de acuerdo a las posibilidades de cada ciudadano.
Este mecanismo no es nuevo y ya lo hemos experimentado en Argentina. Casi todos recordamos el año 2002, donde el “parate” era mayúsculo, y sin embargo las propiedades se podían adquirir con dólares por una tercera parte de su valor en el año 2001. Luego de un período de tiempo, el mercado comenzó a moverse y en poco tiempo no solamente se alcanzaron los valores anteriores, sino que se sobrepasaron.
Repito: El deseo de las personas es vivir mejor. Situaciones extremas de convulsión económica nos hacen perder temporariamente ese objetivo, pero tan pronto se supera esa situación, dejamos de correr por el dólar y nos decidimos a disfrutar de lo que tenemos.
Este análisis se realizó en base a lo actuado hasta el presente por el actual gobierno, tanto en el ministerio de economía, como la actitud del presidente en busca de apoyo internacional para lograr un acuerdo que nos permita cumplir con nuestra deuda. Totalmente distinto a lo hecho históricamente por el frente que gobierna. Obviamente, cualquier golpe de timón en sentido contrario, transformará en inconsistente todo lo expresado.
“Abandono el deporte de la compra de dólares y decido arreglar el baño, ampliar mi casa o invertir en la compra de un inmueble u otro bien que colabore a hacer mi vida más feliz, comienzo o amplio una actividad productiva, siempre de acuerdo a las posibilidades de cada ciudadano”.