Como decir lo que hay que decir
El modo y el contenido en el que circula la información aumentan o disminuye los riesgos de conflictos intrafamiliares.
Por Mg. Sergio Messing
“Mi viejo no habla de otra cosa. Cada asado familiar parece una reunión de gerentes de la empresa”, me contaba Rodrigo, hijo de Aldo, dueño de una perfumería mayorista que vende en todo el centro y norte del país.
Rodrigo es diseñador industrial, empleado jerarquizado de una fábrica de muebles para oficinas. No trabaja en la empresa de la familia.
“La verdad, la empresa me tiene harto”, concluyó.
“Mi suegro no habla nunca. La empresa es un misterio para mi mujer. Nos vamos a enterar de algo el día que él se muera”, me decía Patricio, esposo de Clara.
El padre de Clara es dueño de industria química lider en su sector.
“Para Clara, la empresa parece más una amenaza que una oportunidad”, cerraba.
La circulación de información en las familias empresarias es una de las claves para disminuir o potencia la ocurrencia de conflictos.
Algo que es o será de varios, es administrado por uno o por pocos, y esa situación requiere que los que no administran sepan lo que tienen que saber, para conocer la situación de lo que es de todos y tener la tranquilidad de cómo administra el que administra.
La comunicación clara, confiable y oportuna es parte de la construcción de cercanía y confianza de aquellos que están alejados física y emocionalmente de la empresa.
De acuerdo al vínculo familiar y al respecto de la empresa, debe haber un procedimiento de información que haga que todos los miembros de la familia conozcan lo necesario para lograr lograr el objetivo mencionado en el párrafo anterior:
- Reunir periódicamente a la familia, una vez al año puede ser suficiente, y contar en líneas generales como resultaron los negocios, cuales son los proyectos para el futuro, etc.
- Enviar un informe semestral a aquellos que son socios pero no están dentro de la empresa para que conozcan los números, la situación económica y financiera.
- Invitar a los familiares más pequeños, de las generaciones menores, a que conozcan la empresa y sepan que y como se hace en ella.
La información es un modo de vincularse entre la empresa y la familia, y entre los familiares entre si.
Al fluir en un sentido, la información habilita un canal que después sirve para el retorno, para la retroalimentación. Y así se va construyendo una comunicación necesaria y conveniente.
Cada familia elegirá su modo. Habrá quienes prefieran la formalidad y el protocolo. Otros elegirán la sencillez y la naturalidad. La más, algún punto intermedio entre estos dos.
Que todos sepan algo. Cuanto más cerca estén de la empresa, mayor información será necesaria. No dejar lugar para la imaginación. Quién ignora siempre piensa lo que puede, y eso pocas veces se ajusta a la realidad. Quién ignora se pregunta porque ignora y eso alimenta la sospecha. De allí al conflicto hay pocos pasos.
Sistemas de información efectivos y sencillos. Datos que puedan ser entendidos sin ser un experto en negocios. Procedimientos que se sostengan en el tiempo. Encuentros que permitan verse las caras y conversar. Lugares para preguntar y tener las respuestas que cada uno necesita según lo que le corresponde.
Distintos modos para que todos sepan, confíen y controlen. Que el lugar para la desconfianza sea el mínimo. Que la empresa esté cerca aunque el cuerpo esté lejos.
Complejo pero posible. Más sencillo si se busca ayuda.