Y finalmente tuvimos un exitoso G 20
Revisando lo expresado en esta misma columna en diciembre de 2015, como “color esperanza”, encuentro que hablaba del difícil camino que habíamos iniciado con un nuevo gobierno que se proponía llegar con el tiempo a gastar lo mismo que producíamos.
Por Ing. Alberto Bottai
Y como veníamos de 12 años de despilfarro, los primeros ocho porque la soja lo permitía y en los últimos cuatro gastando los fondos de las AFJP, del Anses, reservas del Banco Central y hasta vendiendo dólares futuros que tuvo que pagar este gobierno, solo me animaba a hablar de Esperanza, porque veía un escenario más difícil, es decir de menor bienestar, que el de los 12 años que nos precedieron.
Con esta idea que tuve en ese momento, la de un camino dificultoso, es que hoy soporto la realidad que vivimos como un hecho esperado, (aunque no deseado) y si bien entiendo que se cometieron errores en el camino recorrido, con el diario del lunes cualquiera critica, pero es muy difícil poder elegir ese mejor camino.
Y dentro de este camino, hemos superado satisfactoriamente la reunión del grupo de los veinte, que permitió mostrarnos al mundo y tener contacto con otros países dentro de los cuales estaban los 7 más desarrollados del mundo, diálogo absolutamente necesario si pretendemos cambiar la historia de declinación de los últimos 70 años que viene recorriendo nuestro país.
Pero si bien es necesario este acercamiento, esta ventana donde mostramos al mundo parte de Argentina, no es en nada suficiente para resolver nuestros problemas que datan de más de 70 años. Solo es el inicio de un camino distinto, que, si lo profundizamos y continuamos en el cambio, con el tiempo podremos cosechar resultados que nos permitan vivir mejor. En otras palabras, dentro de unos meses, no podemos esperar que lo actuado en el G 20 nos muestre algún resultado, pero si continuamos en este camino, es posible que con el tiempo comencemos a percibir cambios favorables derivados de políticas encaradas de largo plazo, como el desarrollo de Vaca Muerta que nos permita retornar al auto abastecimiento de combustibles, el desarrollo de energías no convencionales, el achique del Estado, la llegada de inversiones que generarán empleos y permitirán retomar la cultura del trabajo, todos cambios que requieren de tiempo y esfuerzo.
Siempre deberemos tener algo presente: La economía no es tan complicada como parece: “lo que entra tiene que ser igual a lo que sale” y no hay recetas mágicas que puedan alterar este simple balance de masas. Es así como la manejan los países desarrollados del mundo.
“Y dentro de este camino, hemos superado satisfactoriamente la reunión del grupo de los veinte, que permitió mostrarnos al mundo y tener contacto con otros países dentro de los cuales estaban los 7 más desarrollados del mundo.”