En zona de turbulencias
Qué pasó con los pesos en los bancos tras la presión opositora en el Congreso

En el país del "no hay plata", el gobierno "liberó" unos $ 10 billones. ¿Irán a crédito de producción y consumo, al dólar, a la inflación..?
Quedaban $14 billones en Letras Fiscales de Liquidez (Lefi) con las que el BCRA tomaba pesos de los bancos a corto plazo. Unos $10 billones ya no se renovaron en la semana que pasó; se vuelcan al mercado, sobran pesos en los bancos que ya no le prestan al Estado, bajan las tasas y se espera que ese dinero sea ofrecido para crédito productivo y de consumo.
El mercado especula que no sólo bajen las tasas de cauciones -eso ya empezó a suceder- sino que se retraigan además las que se pagan por depósitos a plazo fijo. También las que abonan las billeteras virtuales para retener liquidez en sus manos, lo que debilita su capacidad de especulación.
¿Pueden ir parte de esos pesos al dólar? ¿A precios? A la pulsión argentina por un resguardo en el colchón, se le agrega la incertidumbre por la embestida política de la oposición desde el Congreso, a la debilidad institucional de Javier MIlei.
Milei sostuvo que la política de superávit fiscal es permanente e innegociable. Crédito: Reuters.
El Riesgo País
La coparticipación de ATN y del impuesto a los combustibles, el aumento del 7,2% en jubilaciones más bono, la moratoria previsional, la emergencia en discapacidad, los aumentos de partidas al hospital Garrahan y las Universidades, son materias que exceden al kirchnerismo.
Milei ya advirtió que vetará todo, pero sabe que en ambas cámaras del Congreso hay dos tercios de votos -de no mediar gestión política- que podrían insistir con las sanciones. En costos anualizados, según cálculos del ministro Luis Caputo, el paquete opositor supone un gasto de 2,5% del Producto Bruto Interno.
Esa cifra supera el superávit primario del 1,6% que se comprometió el Gobierno con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para 2025. Los mercados sabrían que ya no hay margen para que el gobierno pague la deuda. Es la zona de turbulencias en una economía que, hecha de expectativas, no genera confianza.
La desmesura verbal, la codicia política y la imprudencia federal de Casa Rosada, abrió las puertas de la oportunidad a quienes desafían a la macroeconomía para minar el frágil poder institucional del presidente. Necesitará gestión política; Guillermo Francos no ha sido suficiente.
"Los gobernadores" no son un club homogéneo; Karina Milei apostó por pisar territorios en procura de pureza genética libertaria. No hay experiencias históricas que sugieran que tales pretensiones sean menos crueles que exitosas. Luis Caputo desatendió a los mandatarios subnacionales.
En el país del "no hay plata", el gobierno "liberó" unos $ 10 billones. Crédito: Reuters.
La ley y el orden
Milei sostuvo en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, que la política de superávit fiscal es permanente e innegociable, y que funciona como un "chaleco de seguridad" de la economía argentina. Reiteró que la inflación es un fenómeno monetario; la Argentina no desconoce fenómenos como la estanflación, que desafían las ortodoxias académicas.
Los pesos que se vuelcan por estas horas al mercado, es cierto, no están en manos de los ciudadanos sino de la intermediación financiera. La Casa Rosada entiende que la propia incertidumbre combinada con tasas bajas, incentivaría la producción y el consumo, lo que generaría una mejora en el clima social de cara a los comicios.
Pero al mismo tiempo, la desconfianza de los mercados financieros no proveerá a la baja del riesgo argentino si la propuesta política no se alinea con el superávit fiscal.
Milei dice que "arrasa" en las elecciones, Economía dialoga con los inversores. No habrá aumento inmediato de la mínima jubilatoria de $379 mil a $441mil como propone la ley. El dólar apunta más cerca de $1300 que del piso. No habrá recomposición inmediata de demanda que justifique subas de precios desmesuradas.
Los mercados -el país- no contarán votos que no sean los del escrutinio.