Miguel Kiguel “Hoy no hay espacio para el populismo en la Argentina”
El economista consideró que no era indispensable recurrir al FMI, pero luego se demostró que fue una buena decisión. Estimó que este año no crecerá el PBI.
Hoy dirige la consultora Econviews; ejerce la docencia y la investigación en la Universidad Di Tella y es asesor académico de FIEL. Presidió el Banco Hipotecario SA y ocupó cargos en el Ministerio de Economía y en el Banco Central. Esta semana disertó en Santa Fe invitado por la Bolsa de Comercio para conmemorar el vigésimo aniversario del Centro de Estudios y Servicios. Antes, en rueda de prensa dejó algunas definiciones sobre el momento económico y político actual.
– ¿Era necesario volver al Fondo?
– No era indispensable, pero puede que sea una buena decisión. No era indispensable porque Argentina todavía no estaba atravesando una crisis de dimensión como para necesariamente recurrir al Fondo, pero a medida que fue pasando el tiempo y se vieron presiones sobre el tipo de cambio y sobre los mercados se percibía un panorama que podía complicarse tanto en materia de financiamiento externo para el déficit fiscal como las presiones cambiarias y que el Fondo podría ayudar a mantener el programa económico lo más parecido a lo que era antes. En la medida en que los mercados financieros se cerraran, que el riesgo país se fuera muy alto, iba a haber menos financiamiento para Argentina. Y eso es un riesgo, porque si el financiamiento no está lo que se debe hacer es reducir el déficit fiscal muy rápido, un ajuste fiscal muy fuerte. El gobierno cuando tuvo que evaluar las opciones, prefirió seguir con un gradualismo fiscal. De hecho, el programa de déficit fiscal para este año es el mismo que se había anunciado y reduciendo gradualmente hacia adelante. Lo puede hacer porque tiene el financiamiento del Fondo que, en principio, iba a ser un programa preventivo, sin desembolso, y hoy habrá desembolso porque los mercados siguen cerrados y la Argentina necesita los dólares.
– ¿Cómo impacta en las provincias a las que el gobierno les está pidiendo un sacrificio fiscal?
– El ajuste fiscal había que hacerlo sí o sí, con Fondo o sin Fondo. El hecho de que sea con el Fondo quiere decir que puede ser un poco más lento. Lo que se está buscando es que la Nación sea la que tome el grueso del ajuste, pero tiene una parte muy inflexible en el gasto: intereses de la deuda que no se puede reducir unilateralmente y jubilaciones y planes sociales que se ajustan, por ley, de acuerdo a la inflación. La parte sobre la que puede actuar Nación es muy chica y es allí donde decidió el gobierno recortar el gasto público y está pidiendo algo de cooperación a las provincias.
– ¿Cómo se hace para creer? ¿Qué sectores pueden hacerlo?
– En medio de la tormenta es muy difícil mirar hacia adelante. Hay que esperar que la tormenta pase y que el dólar esté más o menos estabilizado -no fijo-, caída importante de las tasas de interés en pesos y que vuelva la confianza. A partir de allí se verán los motores del posible crecimiento. Con un tipo de cambio más alto, las economías regionales son las que deberían beneficiarse: manzana en Río Negro, arándano en Tucumán, trigo en Santa Fe, etc. Sectores que empiezan a beneficiarse con un mejor tipo de cambio, más rentabilidad y por ende más actividad. En obra pública, si bien el gobierno se va retirando están apareciendo los PPP (Programa Público Privado) donde se le da al sector privado la posibilidad de hacer rutas, tren a Vaca Muerta, gasoductos. Argentina será más barata en dólares, esto beneficiará al turismo, sector que ha sufrido porque los argentinos íbamos a vacacionar al exterior y los extranjeros que venían fueron pocos. Todo este proceso generará oportunidades. No sé si serán los mismos sectores que antes, pero habrá sectores que pueden crecer.
– ¿Usted cree que el sector empresario va a apostar a los PPP?
– De hecho, las primeras licitaciones han salido bastante bien. Habrá que ver ahora que pasa ante la suba del costo del crédito exterior. Con ese riesgo país se hace mucho más costoso conseguir el financiamiento para estos proyectos.
Los privados deben salir a financiarlo y les piden más. Este es un problema hacia adelante pero el gobierno apuesta a que el riesgo país se normalice y si esto pasa habrá más entusiasmo por parte de los empresarios.
-¿La corrida cambiaria terminó?
– El dólar lleva tres semanas y media de estabilidad. Nunca se puede decir si ya está estable porque tenemos un tipo de cambio flotante. Si no pasara nada, el tipo de cambio empezaría a moverse en línea con la inflación. ¿Qué puede pasar? Que haya un nuevo cimbronazo externo que impacte aquí. Una de las razones por las cuales el dólar está bastante establece no es solo por la intervención del Banco Central, sino que cuando se mira el real, el peso mexicano, el peso chileno, observa que eran monedas que se estaban depreciando y ahora se están apreciando, se están fortaleciendo. No hay que mirar el dólar en Argentina en forma aislada, hay que compararlo con lo que pasa en otros países; si allí se mueve, acá ocurrirá lo propio. Hay otro hecho y es que la Argentina tiene inflación: 3,7% en junio, julio será alto y es importante no generar atraso cambiario y que el tipo de cambio acompañe la inflación. Sería un 2% mensual que debería moverse sin que implique un cimbronazo.
– ¿Es el déficit fiscal el principal problema hoy de la economía argentina? Algunos economistas hablan de las cuentas externas.
– Hay que hacer un ajuste fiscal porque Argentina no puede seguir manteniendo estos niveles de endeudamiento. El gradualismo que se adoptó -política correcta- implicaba un aumento de la deuda con porcentaje PBI, o sea, el gobierno se iba a endeudar mientras tuviera déficit, pero algo razonable cuando los niveles de deuda eran muy bajos. Argentina no tiene un nivel de deuda muy alto, -38% en niveles del PBI- pero no puede seguir creciendo mucho porque entraría en otra categoría de riesgo. Hay que seguir reduciendo el déficit fiscal, el gobierno tiene un plan muy razonable pero el desafío es cumplirlo. El otro tema que está encarrilado es el déficit externo. El año pasado gastamos 32 mil millones de dólares más de los que ingresó. Hay que corregirlo rápido y los libros de texto aconsejan dos cosas: depreciar el tipo de cambio (ya se hizo) y reducir el déficit fiscal, bajar el gasto público y eso se está haciendo. Estamos encaminados en los dos lados. Si me preguntan que les preocupa a los inversores internacionales, diría definitivamente el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos.
– ¿Los inversos externos están pendientes del proceso político argentino? ¿En cuánto incide un panorama incierto ante la posible vuelta de un gobierno populista?
– Los inversores y todos estamos pendientes en nuestra decisión de la situación política. Cualquier decisión que uno tome como familia, como empresa, inversión, va a tener en cuenta que espera para los próximos cuatro o cinco años.
El panorama político está claramente más difícil de leer de lo que era antes. Cuando Cambiemos ganó las elecciones de medio término daba la impresión de que tenía el camino allanado para las presidenciales del año próximo. Hoy esa visión no está clara. Macri puede ganar, pero también puede perder. La pregunta más importante no es si gana o pierde Macri, la pregunta importante es si vuelve el populismo, un populismo que atente contra el campo, contra la libertad de utilizar el dólar, que vayamos a un gobierno muy intervencionista que sería muy problemático porque populismo se puede hacer cuando hay mucha plata; no existe populismo sin plata y en estos momentos la Argentina no tiene plata.
En los años 2000 tuvo la plata de la soja, con los Kirchner durante muchos años tuvimos superávit gemelo, hoy tenemos déficits gemelos, pocas reservas; necesitamos endeudamiento para financiar el déficit fiscal y ese endeudamiento requiere que alguien nos preste, nos dé crédito y para que nos den créditos hay que tener credibilidad y confianza y un gobierno populista no lo generaría. No hay espacio hoy para el populismo en la Argentina.
Kiguel identificó problemas de litigiosidad laboral, falta de crédito y fuerte presión impositiva para el sector Pymes. “Un juicio laboral no tumba a una gran empresa o a una multinacional, pero sí a una pyme”, advirtió.Foto: Pablo Aguirre
– ¿Hasta cuándo puede aguantar el sector agropecuario siendo uno de los pocos generadores de dólares?
– No es tan así. Creo que el sector agropecuario es uno de los más eficientes y competitivos de la Argentina, de eso no hay ninguna duda. El complejo sojero, trigo, maíz, son sectores extremadamente eficientes y han producido en momentos en que se los castigaba con retenciones, con tipo de cambio atrasado. Siguieron produciendo, son muy productivos y generan muchos dólares para la Argentina. Hay otros sectores importantes como el automotriz que con la integración con Brasil tiene mucha capacidad de generar dólares; el petrolero y gasífero que por ahora no generan, pero ya se dejó de importar tanto y la expectativa es que en dos o tres años la Argentina va a volver a ser exportador de gas. El turismo es fuente con mucho potencial en Argentina para generar dólares con un tipo de cambio atrasado lo que hacìa era gastar dólares, pero hubo períodos en que la gente veraneaba en la Argentina y nos inundaban turistas extranjeros. El tema credibilidad es muy importante en todos los ámbitos.
– Las pymes están atravesando una situación complicada. ¿Qué hace falta para darles mayor competitividad?
– Pymes es un problema complejo por varios lugares. Están apretadas por el costo del crédito que siempre ha sido un problema para el sector y ahora más porque las tasas son muy altas. No todas son lo formales que le exige un banco.
El segundo tema que las complica es el laboral, una pyme necesita mucha más flexibilidad laboral que una empresa grande porque una pyme tiene un juicio laboral y puede quebrar. Ninguna multinacional quiebra por juicio laboral. Ese tipo de problemas hace que el sector tenga una situación particularmente difícil. Hasta tanto eso no se solucionen estos temas van a seguir siendo las que más generan empleo, las que más crecen en las expansiones y las que más se contraen en los momentos difíciles.
Equipo
Al staff económico actual, Kiguel lo definió como competente, aunque espera que actúe en equipo y recordó que, en el reciente Mundial de Rusia, Argentina tuvo a Messi, pero no equipo. “Tenemos que lograr funcionar como equipo y me parece que con (Luis) Caputo en el Banco Central, (Nicolás) Dujovne en Economía y (Dante) Sica en Producción empezamos a tener la base de un buen equipo, pero los pingos se ven en la cancha. El equipo funciona hace un mes y hay que ver cómo evoluciona en el tiempo”, señaló.
RESALTADO
Creo que el sector agropecuario es uno de los más eficientes y competitivos de la Argentina, de eso no hay ninguna duda. El complejo sojero, trigo, maíz, son sectores extremadamente eficientes y han producido en momentos en que se los castigaba con retenciones, con tipo de cambio atrasado.
El panorama político está claramente más difícil de leer de lo que era antes. Cuando Cambiemos ganó las elecciones de medio término daba la impresión de que tenía el camino allanado para las presidenciales del año próximo. Hoy esa visión no está clara.
Hay que hacer un ajuste fiscal porque Argentina no puede seguir manteniendo estos niveles de endeudamiento. El gradualismo que se adoptó -política correcta- implicaba un aumento de la deuda con porcentaje PBI, o sea, el gobierno se iba a endeudar mientras tuviera déficit
RECUADRO
Final de año
– Pese a la brusca caída de mayo, el gobierno dice que la economía terminará con leve alza este año. ¿Qué estima usted?
– Soy escéptico. Creo que tendremos un número negativo, no muy grande. El segundo trimestre es muy negativo, el tercero va a ser negativo y la pregunta es el cuarto. Si tenemos un leve crecimiento en el cuarto, igual para el año nos dará levemente negativo. Lo importante es ver que pasa el año que viene, si la economía rebota e iniciamos un nuevo ciclo de crecimiento que debería ser más sostenido porque los números fiscales son mejores, el déficit de cuentas externas será más chico, precios relativos bastante mejor. Debería ser una economía más cerca de crecimiento sostenible, pero esto es Argentina.
– ¿El trabajo sucio ya pasó?
– No, se está haciendo.