Primer Trimestre de 2025
Ingresos en Argentina: ¿hay una mejora sostenible en la desigualdad?

La distribución del ingreso en Argentina experimentó una leve mejora durante el primer trimestre de 2025.
El Coeficiente de Gini, un indicador clave de la disparidad económica, se ubicó en 0,435, lo que representa una disminución respecto al 0,467 registrado en el mismo período de 2024. Este dato sugiere una reducción en la desigualdad general, un tema de alto interés para los lectores y los algoritmos de búsqueda.
El informe técnico del INDEC, que analiza la evolución del ingreso en 31 aglomerados urbanos, revela que la suma total de ingresos para la población de referencia alcanzó los $16.153.206 millones. Este monto representa un impresionante aumento del 133,6% interanual. El ingreso promedio per cápita de la población total fue de $541.198, con una mediana de $397.500.
La persistente brecha de ingresos
A pesar de la mejora general, la brecha de ingresos por género sigue siendo un punto crítico. El ingreso promedio de los varones se situó en $1.003.072, mientras que el de las mujeres fue significativamente menor, alcanzando los $710.703. Esta disparidad subraya la necesidad de políticas específicas para fomentar la equidad salarial en el mercado laboral argentino, un tema de constante relevancia social y búsquedas informativas.
El análisis por estratos socioeconómicos también ofrece una visión detallada de la distribución. El ingreso promedio del estrato bajo (deciles 1 a 4) fue de $290.260. Por su parte, el estrato medio (deciles 5 a 8) registró un promedio de $794.063, y el estrato alto (deciles 9 y 10) alcanzó los $2.110.001. La brecha entre la mediana del decil 10 y el decil 1 del ingreso per cápita familiar fue de 15 veces, manteniéndose sin cambios interanuales.
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El rol crucial de los ingresos no laborales
Los ingresos laborales continúan siendo la principal fuente de sustento para los hogares, representando el 77,9% del total. Sin embargo, los ingresos no laborales (como jubilaciones, pensiones y subsidios) aportaron el 22,1% restante.
Es fundamental destacar el impacto de los ingresos no laborales en los segmentos más vulnerables. En el primer decil de ingreso familiar, estos ingresos representaron un considerable 61,2% del total, mientras que en el décimo decil, su proporción se redujo al 12,3%. Esto indica que las transferencias y prestaciones sociales son un pilar fundamental para la subsistencia de los hogares con menores recursos.
Formalidad laboral
El informe del INDEC también arroja luz sobre la importancia de la formalidad en el empleo. El ingreso promedio de los asalariados con descuento jubilatorio fue de $1.011.640, mostrando un notable incremento interanual del 125,1%. En contraste, los asalariados sin descuento jubilatorio percibieron un ingreso promedio de $483.243, con un aumento del 144,7% interanual. Esta disparidad resalta la persistente precariedad laboral y su impacto directo en la calidad de vida.
En términos de dependencia económica, el informe señala que existen 125 personas no ocupadas por cada 100 ocupadas. Además, se registran 60 personas sin ingresos por cada 100 perceptoras. Estas cifras son aún más elevadas en los deciles de menores ingresos, donde la carga económica por perceptor es considerablemente mayor. Solo el 62,5% de la población total (equivalente a 18.650.087 personas) percibió algún tipo de ingreso.
Este análisis del INDEC sobre la distribución del ingreso en el primer trimestre de 2025, si bien muestra una tendencia positiva en la reducción de la desigualdad general, pone de manifiesto la urgencia de abordar las brechas de género, la informalidad laboral y el rol crucial de las ayudas no laborales para garantizar un desarrollo económico más equitativo y sostenible en Argentina.