Caos monetario y confusión: el desafío de las monedas en un mundo inestable
El caos monetario: una consecuencia de la soberbia y desconfianza de los dirigentes
La confusión de las monedas: un reflejo de la soberbia, desconfianza y ansias de poder de los dirigentes
El dinero cumple un rol importante como unidad de cuenta, lo que significa que todas las cosas se miden en términos de dinero. Cuando se nos da un precio, se nos indica la cantidad de dinero que se requiere para adquirir un bien.
El papel del dinero como unidad de cuenta también es fundamental para el sistema informativo en su conjunto. Para tomar decisiones óptimas, es necesario tener conocimiento de los precios de los bienes y las implicancias de diferentes alternativas. Estas funciones se cumplirán de manera más efectiva cuando el poder adquisitivo del dinero sea más estable.
Puede interesarte
Actualmente existen alrededor de 190 países que emiten su propia moneda, cada una administrada por un banco central independiente de las demás entidades emisoras y sujeto a las circunstancias y limitaciones de su sociedad. Si el objetivo prioritario de todos los responsables de la política monetaria fuera mantener el poder adquisitivo del dinero, no se observarían las diferencias en la evolución monetaria entre los países ni las fluctuaciones en su valor, como ocurre en diferentes grados.
Si el propósito principal fuera facilitar las transacciones, habría menos monedas independientes. La diversidad de monedas disminuye los beneficios. Un único signo monetario para todo el mundo generaría mayores ventajas, ya que el uso de 190 unidades autónomas implica costos y riesgos elevados para la población y las empresas a nivel mundial.
La fluctuación de las monedas es un factor a considerar. Durante el periodo de 1973 a 1998, la volatilidad entre las tres principales monedas del mundo (dólar, euro y yen) osciló en promedio un 3% mensual. Teniendo en cuenta el tamaño del mercado de divisas, con transacciones diarias que superan el billón de dólares, esta oscilación mensual agrega un nivel significativo de riesgo debido a su influencia en la determinación de los valores como unidad de cuenta.
Puede interesarte
Cuando viajamos de un país a otro, el uso de diferentes monedas presenta inconvenientes. Tan pronto como cruzamos una frontera, debemos encontrar un lugar para cambiar nuestra moneda local por la moneda extranjera correspondiente, lo cual implica costos adicionales.
Las empresas que operan en múltiples países se ven obligadas a manejar diferentes monedas y llevar contabilidades separadas. Además, muchas veces, la filial de una empresa que opera en un país puede mostrar un desempeño sólido según la contabilidad en la moneda local, pero presentar pérdidas cuando se valora en la moneda utilizada por la casa matriz. Este no es un caso aislado.
Durante los años 1999 y 2000, la fuerte depreciación del euro frente al dólar provocó que las empresas que operaban en Europa mostraran rentabilidades valoradas en euros, pero pérdidas cuando se convertían a dólares.
Este fenómeno no es nuevo. Las fuertes fluctuaciones en la relación entre el dólar y el yen, con variaciones del 70% en un lapso de tres años (entre 1995 y 1998), también generaron dificultades similares y cambios.