Crece el interés por el default argentino en los medios de Estados Unidos
La pelea con los fondos buitre provoca debates entre especialistas en diarios y páginas de Internet
John Oliver, un comediante británico famoso en Estados Unidos que este año comenzó a presentar su propio programa de televisión, en la cadena HBO, le dedicó días atrás más de ocho minutos a la pelea de la Argentina con Paul Singer, dueño de Elliott Management y NML, que lideran la ofensiva judicial contra el país por la deuda aún en default. "Que una disputa con un grupo de inversores pueda llevar a una nación del G-20 al default es una de esas que técnicamente no es ilegal, pero que en realidad se siente que probablemente debería serlo", dijo Oliver hacia el final, luego de repartir satíricas críticas para la Argentina y, sobre todo, para Elliott y Singer, sin dejar por ello de brindar datos concretos sobre la disputa: recordó que el 93% de los acreedores ingresó a los canjes de deuda ofrecidos por el Gobierno.
Los ocho minutos de Oliver dan cuenta de cómo la pelea entre la Argentina y Singer ha cobrado notoriedad desde el "default selectivo" del 30 de julio pasado, justo cuando la saga de la deuda comenzó a politizarse más, dentro y fuera del tribunal del juez Thomas Griesa, en medio de la parálisis en las negociaciones.
Las críticas han alcanzado a todos, pero, desde ya, son mucho más novedosas para Griesa, Singer -cultor del bajo perfil- y los fondos buitre.
El diario The New York Times le dedicó un espacio especial a la disputa en las páginas de opinión de su sitio de Internet que llevó el título "La justicia del default de la Argentina". Desde allí, Joseph Stiglitz, quizás el economista famoso que más conoce a la Argentina, cercano al Gobierno, ha sido una de las voces más críticas en contra de los litigantes.
"Los buitres han invocado el Estado de Derecho, pero debemos ser claros: esto es sobre codicia", escribió. "Los buitres han impuesto un enorme daño en los mercados de deuda soberana globales", agregó. Otra columna suya, junto con el economista argentino Martín Guzmán, publicada en Project Syndicate, fue directo contra el juez: su fallo alentaba la usura, amenazaba el funcionamiento de los mercados financieros y desafiaba un principio básico del capitalismo moderno: los deudores insolventes necesitan poder comenzar de nuevo, argumentó.
Kenneth Rogoff, profesor de Harvard, escribió en el mismo sitio que la historia no tenía héroes y que el último trauma argentino reflejaba que aún había que reparar el sistema global para resolver problemas de deuda soberana.
Un día después del default, Shannon O'Neil, integrante del Consejo de Relaciones Exteriores y una de las analistas más respetadas de Estados Unidos para América latina, escribió un artículo para Foreign Policy. "Por supuesto que la Argentina defaulteó", fue el título. "Muchos están desconcertados porque la Argentina no haya llegado a un acuerdo en el último momento, dadas las cantidades aparentemente manejables de deuda en juego. Pero la verdad es que la Argentina actuó con sensatez, especialmente teniendo en cuenta el margen de maniobra limitado que tenía para trabajar", escribió.
Portales de noticias en Internet, como Buzzfeed -el más popular-, Business Insider -que ha seguido el caso- y Vox le han dedicado espacio a la historia. Vox publicó un artículo muy favorable a la postura del Gobierno, en el que argumentó que el default había sido provocado "mucho menos por la irresponsable política económica en Buenos Aires que por la política legal irresponsable en Manhattan".
Las dos últimas audiencias en el tribunal de Griesa no alteraron el statu quo y estuvieron abocadas a la retórica que ha acompañado toda la pelea. Incluso Jonathan Blackman, el principal abogado de la Argentina, dedicó su breve intervención a defenderse de un artículo de la American Task Force Argentina que lo mostraba como un buitre y acusaba al estudio Cleary, Gottlieb, Steen & Hamilton (que defiende al país) de recomendar un default para beneficiarse con el cobro de más honorarios. "Mi familia tiene que leer este tipo de cosas", se quejó Blackman.
Sin avances en las negociaciones entre la Argentina, NML y Aurelius Capital, la expectativa de un acuerdo está puesta ahora en las tratativas de los "cuatro fantásticos" que intentan ponerle punto final a la disputa: los bancos Citibank, HSBC, Deutsche y JP Morgan, que negocian una salida con los litigantes.