Puerto Santa Fe: tras 4 años dejan caer la licitación por inviable
Pasaron 12 años y cuatro administraciones en la Casa Gris para que el gobierno de Santa Fe determinara algo que se veía venir: la licitación de un nuevo puerto de la ciudad de Santa Fe, tal como se había armado, era un proyecto inviable.
El gobierno provincial cerró una etapa y ya se puso a trabajar en un Plan B.
El último intento tuvo como fecha límite el 19 de marzo pasado pero ningún grupo se presentó, lo mismo que hoy, cuando venció la prórroga. El anteúltimo intento del año pasado había sido el que más cerca estuvo de llegar a concretarse, pero se desmoronó cuando trascendieron a la luz pública los más que dudosos antecedentes de algunos de los integrantes de la única UTE que se había presentado.
En 2003, cuando gobernaba Carlos Reutemann, salió el crédito del Fonplata que brindó el primer impulso para la iniciativa, que fue sostenida sin solución de continuidad por las administraciones de Jorge Obeid, Hermes Binner y Antonio Bonfatti. Doce años después, las autoridades santafesina tomaron nota que la unidad de negocios era inviable.
Básicamente, se concluyó que las inversiones de infraestructura vial a realizar por los privados no ajustaban con la rentabilidad del proyecto y además estaban de por medio inversiones complementarias de Nación y Provincia para que el puerto pueda ser operables. Obras prometidas pero luego difíciles de verificar en tiempos y forma cuando los que están en juego son presupuestos públicos.
A pesar de las dificultades que muestra mudar el puerto a su nuevo emplazamiento, el lugar definido para el nuevo puerto no se cambiará. El plan B que se empezó a cocinar en los despachos santafesinos es que el Estado Provincial -ya sin crédito del Fonplata- asuma toda la inversión de la inversión vial, incluso la que había comprometido el gobierno nacional, aunque ese desembolso entraría en un plan canje con la Nación. Claro está, esta opción significará un mayor desembolso para la administración santafesina.
En la última década se desarrollaron casi una decena de nuevos puertos en la Provincia, y en la mayoría los casos la inversión corrió por cuenta del sector privado. Claro está, la mayoría de los proyectos se realizaron en el sur santafesino, con Timbúes como límite superior, en zonas privilegiadas por barrancas altas y un canal de navegación más profundos. En tanto, los puertos localizados aguas arriba se reconvirtieron dentro de las instalaciones preexistentes y se acondicionaron exclusivamente para tráfico de barcazas.
Equipos técnicos técnicos ya comenzaron a trabajar en la confección del nuevo pliego, pero todo indica que será el gobernador electo Miguel Lifschitz el encargado de protagonizar el nuevo intento.