“Por poner un muro verde un edificio no es sustentable, sino cómo implantás la construcción en un lugar”
Octavio Benuzzi, encargado de Benuzzi Construcciones, detalló las políticas de desarrollo sustentable que lleva adelante el grupo. Analizó el crecimiento de la capital de la provincia y se adelanta a las tendencias mundiales: “Hay que estar preparados”.
Ignacio Andreychuk
Cocheras para vehículos eléctricos, energía a través de paneles solares, optimización del agua, aerodinamia y orientación. Las tendendias constructivas del mundo obligan a mirar más atentamente la llegada del futuro a los desarrollos inmobiliarios. Con esa lógica -comienza la charla Octavio Benuzzi, encargado de Benuzzi Construcciones- “azoteas verdes es la parte visible de toda la implementación de desarrollos sustentables que lleva adelante el grupo”.
“El desarrollo inmobiliario es algo integral, que implica en un terreno específico, en un barrio específico, desarrollar el edificio amalgamado con varios factores. El desarrollo sostenible implica más una cuestión de fondo. Una azotea verde porque sí, no hace nada, y hasta puede ser engorrosa para construir o mantener. Pero si está integrada a toda la red del edificio, cambia: que el muro sea doble, que las aberturas sean DVH o que haya sistemas que reduzcan el gasto energético, sí sirve, pero son las cosas menos visibles. La azotea verde hace visible a toda la política de desarrollo sustentable que tiene el edificio”, comenta.
“Un edificio tiene que durar 100 años -plantea el empresario-. Ya hay que empezar a aplicar políticas, en el diseño del edificio, pensando en todos los cambios que se vienen. Por ejemplo, la cultura del gas: venimos de tener la idea de que el gas era casi gratis, nunca se consideraba como un gasto, sino que se pedía y andaba. Pero estamos cayendo en la cuenta de que el gas es una energía no renovable y hay que tener cuidado con eso, entonces los costos se sinceraron. Hay que empezar a darse cuenta de que las tecnologías de paneles solares y la eléctrica son el futuro en la implementación, lo cual obliga a ver bien la aerodinamia del futuro edificio. Y son cosas invisibles. Por eso decimos que las azoteas verdes son la parte visible de todo un desarrollo técnico de construcción, que es mucho más importante a la hora ser sustentables”.
“El estándar más importante en el rubro de desarrollo sustentable son las normas LEED, con calificación plata, oro, etc. Allí, no sólo por poner un muro verde tenés un edificio sustentable sino por cómo implantás la construcción en un lugar, desde la raíz. Primero, debe estar en cercanías del transporte público, ya que eso hace que no se use tanto el auto particular; después, cómo manejás el agua, cosa que acá hubo un avance al respecto en los últimos años a partir de una política del municipio sobre el escurrimiento del agua a todo el sistema, para el cual se implementaron los retardadores pluviables. Sucede que, en la ciudad de Santa Fe, al estar rodeada de agua, hay ciertas facilidades para poder potabilizar y contar con ese recurso. Pero no ocurre lo mismo en todos lados. En Rafaela ya es distinto: construimos allí y nos obligaron a hacer dos sistemas de uso independiente, uno con un pozo para cocina, lavado, etc., y otro para lo que es consumo. En la región de Cuyo también pasa lo mismo, se cuida como si fuera petróleo”, advierte.
“Entonces, estas coyunturas -prosigue- que tienen que plantearse a futuro. Saber qué herrajes se ponen, qué orientación y qué altura del edificio es mucho más incidente en el consumo energético del edificio que las cuestiones visibles del muro verde”.
Avances tecnológicos
Otro avance mundial que está al caer es el de los autos eléctricos. Anticipa Octavio Benuzzi: “Vamos a tener que empezar a plantear, en breve, que las cocheras de los edificios tengan enchufes para los autos eléctricos. Alemania, Francia e Inglaterra se han planteado para 2040 dejar de fabricar autos a combustión interna. Son los que marcan la tendencia mundial. Y si bien suena raro acá todavía, hay que empezar a considerar que los vehículos van por esa rama y tenemos que estar preparados. Si mirás los archivos fotográficos de El Litoral de hace 100 años, en las calles no había automóviles. Y ahora, 20 años para adelante, el auto a combustión interna va a dejar de existir”.
“Todos esos cambios se van a trasladar a la arquitectura, y en la escala de desarrollo que estamos manejando sobre cómo pensamos la ciudad, debemos tenerlo presente. Santa Fe se encuentra en una muy buena situación respecto de otras ciudades, con un nivel de crecimiento importante. El mayor reflejo es la avenida Alem, que antes era un camino de adoquines, ladrillo y tipas por todos lados; era linda pero complicado manejarse por allí. Y de a poco tuvo cambios importantes que cambiaron el estilo de vida de la ciudad; con bulevar pasó algo similar, porque era una zona residencial y hoy hay un edificio al lado del otro”, resalta el desarrollador.
Y hace una comparación: “Hay una curiosidad, salvando las distancias, lógicamente: Santa Fe mide lo mismo que Nueva York, y la península que se hace con la Setúbal y el Salado es lo mismo que Manhattan rodeada por los ríos Hudson y East River. Después está cómo crece cada una, pero desde la extensión, tanto de ancho como de largo, Manhattan y Santa Fe miden lo mismo. Esto te da pautas de cómo va a crecer la ciudad: en una densidad media o alta, pero lo hará para arriba, entonces hay que planificarlo. Hay conciencia en la ciudad, los debates se dan, y hay que pensar en sustentabilidad de cada desarrollo teniendo en cuenta la escasez de recursos”.
Masterplan propio
“En este aspecto ponemos énfasis en dos ejes salientes: bulevar Gálvez y Pellegrini, y Avenida Alem. En bulevar, que es una demanda instalada, y Alem es la que nosotros consideramos que es el futuro del desarrollo de la ciudad. Lo vemos súper atractivo por dos temas: la cuestión espacial, que permite desarrollos muy estéticos, muy visibles, de escala urbana fantástico, incluso de un nivel superior de ciudad con torres de 18 ó 20 pisos; y porque está dentro de un plan maestro que incluye el futuro puente Santa Fe-Paraná. El proyecto que apunta a que todo el tránsito pesado desvíe a la altura del Náutico Sur es parte del plan que arranca en Chile, pasa por Agua Negra, hace el Corredor Bioceánico y termina en Brasil. Eso, tarde o temprano, se va a hacer, lo cual marca el crecimiento que está teniendo la ciudad en todo su conjunto de área metropolitana, que arranca en Esperanza y termina en Paraná”, puntualiza el empresario santafesino.
“Si uno se pone a ver 15 años hacia atrás -dice-, la ciudad tuvo cambios muy buenos. Sigue creciendo y se están consolidando cambios interesantes, como el puerto, el norte, etc. Nosotros estamos en una ubicación muy importante del corredor bioceánico, que es donde cruza la hidrovía, y eso no es poco pensando en el futuro”.
Mercado inmobiliario
“En estas épocas de coyunturas difíciles, lo inmobiliario reluce que el ladrillo flota porque es el resguardo de valor para el capital. En ese marco, cuál es otra virtud del sector de desarrollos inmobiliarios: la inmobiliaria a mí me da un feedback constante de lo que es el mercado hoy. Con ese diagnóstico, nosotros manejamos distintos desarrollos para diferentes mercados con el fin de que resguarde el valor del capital invertido”, señala Benuzzi.
“Fundamentalmente apuntamos a que los edificios cuenten con una ubicación central para los inversores: cerca de las escuelas, los bancos, el trabajo, etc., así le brindamos la posibilidad de optimizar sus tiempos. Eso es sustentabilidad. Y durante todo el proceso de construcción, que lleva un par de años, tenemos distintas líneas de desarrollo que ocupan un nicho diferente del mercado”, asegura.
“¿Cómo nos fue en el mercado a nosotros? Nos fue bien. Además de nuestro aporte como desarrolladores, la ciudad tiene un perfil de no dependencia de la industria y el campo para captar inversores. Nosotros tenemos el plan de cuotas en pesos, pero también está la opción de la compra en dólares”, aclara.