Las ventas en supermercados y shoppings acumularon en agosto 14 meses con caída
Las ventas a precios corrientes para agosto de 2019 relevadas en la Encuesta de Supermercados del Indec sumaron un total de $59.715,4 millones, lo que representó sendos aumentos nominales de 8,4% respecto al mes anterior y de 51,2% en comparación con un año.
Pero en una economía con alta inflación el indicador relevante del desempeño del consumo de las familias es el de las las ventas a precios constantes. En ese caso el organismo oficial de estadística estimó un repunte de 3,2% respecto al nivel de julio, y una caída del 7,3% respecto a agosto de 2018, acumulando 14 meses consecutivos en recesión.
Mientras que en el caso de los centros comerciales, que incluyen patios de comidas y la oferta de bienes prescindibles y artefactos para el hogar y esparcimiento, entre otros, en agosto sumaron operaciones por $8.809,5 millones, 10,4% menos que en julio; y aumento nominal de 45,9% respecto a igual mes del año anterior.
Pero en cantidades, también, como en el caso de los supermercados, sumaron 14 meses en receso: 14,6% en comparación con el mes previo y 6,7% respecto a un año antes.
Los rubros más afectados, según el relevamiento del Indec, fueron: juguetería; librería y papelería; electrónica, electrodomésticos y equipos de computación; y amoblamiento y decoración.
En ambos casos el común denominador fue el severo deterioro del poder de compra de los ingresos habituales de las familias, más intenso en la franja asalariada que se ajustan en general muy esporádicamente, salvo en algunos gremios fuertes como el de los bancarios, camioneros y del sector energético; que en el de los jubilados y pensionados que si bien en el promedio son sensiblemente menores, se actualizan trimestralmente por la inflación trimestral del semestre previo; la última actualización fue en septiembre.
También se agregó la sostenida baja de los empleos formales y el aumento de la precariedad laboral, como el que caracteriza a gran parte de las ocupaciones por cuenta propia.
El común denominador fue el severo deterioro del poder de compra de los ingresos habituales de las familias, más intenso en la franja asalariada que se ajustan en general muy esporádicamente, salvo en algunos gremios fuertes como el de los bancarios, camioneros y del sector energético; que en el de los jubilados y pensionados que si bien en el promedio son sensiblemente menores, se actualizan trimestralmente por la inflación
Y si bien tras el giro que tomó la economía después del resultado de las PASO, con salto de la cotización del dólar y de la aceleración de la inflación, el Gobierno dispuso un paquete de medidas paliativas sobre el consumo de las familias, la extensión del grado de incertidumbre y el agregado de la pérdida de riqueza por parte de los inversores en activos de riesgo habrían determinado la continuidad del ciclo recesivo en los mercados de consumo masivo, incluidos los alimentos.