Las lluvias entorpecen una buena cosecha arrocera en Santa Fe
Los rendimientos son buenos y el precio del cereal acompaña, pero los 300 milímetros acumulados la semana pasada en algunas zonas podrían afectar la calidad molinera del grano. “Sin duda es una campaña positiva, mayor que la del año pasado”, opinó un asesor.
Por Juan Manuel Fernández
Las lluvias de la semana pasada podrían impactar en la calidad del arroz que aún no fue cosechado en la costa santafesina. Aunque la “falta de piso” no es problema, porque el trabajo se hace tradicionalmente en el barro, la humedad podría elevar el porcentaje de grano partido y afectar así la calidad molinera. De la capacidad de secado y acopio dependerá la suerte de cada productor.
Tras los altos milímetrajes acumulados en distintas tormentas, las tareas de trilla se complican más por el deterioro de los caminos y el acortamiento de los días que por la dificultad para el ingreso de las máquinas al lote. “Empieza a haber algunas pérdidas a raíz de las lluvias porque el arroz se revuelca, pierde calidad, se mancha?”, explicó el asesor Leonardo Van Optal a Campolitoral. “Hace una semana teníamos para cosechar equis cantidad, ahora con los 300 milímetros hay que ver si están esos kilos”, aclaró.
El ingeniero sostuvo que “la mayoría (de los productores) siembra escalonado para ir avanzando a su ritmo en la cosecha; la limitante es la capacidad de secado y acopio”. A diferencia de las máquinas cosechadoras, que puede contratarse alguna extra si se necesita acelerar, con la capacidad de almacenaje no hay flexibilidad. “Va a depender de eso”, dijo, el nivel de daño que sufra cada arrocero.
Retomar las tareas de cosecha no sería un problema, reiteró, porque se trabaja sin piso. Pero “el problema es la calidad que se pierde”, porque el grano al hidratarse con la lluvia y luego volverse a secar “se va quebrando, va perdiendo su calidad molinera; y a la hora de vender le cambia la base”, constituida -entre otros parámetros- por el porcentaje de grano entero, partidos o el peso. “Todo esto cambia mucho cuando vienen estas condiciones climáticas en la cosecha”, afirmó.
Al margen de los contratiempos de estas lluvias, los arroceros están transitando una buena campaña. Los rendimientos acompañan, gracias al clima seco y la buena insolación, y los precios también. Por lo tanto se espera una rentabilidad positiva que permita saldar deudas a los productores y proyectar un posible crecimiento para el próximo ciclo.
Hasta el momento, estimó Van Optal, se cosechó entre 30 y 40% del área, muy por debajo de la media, producto de la demora en las siembras a raíz de la primavera seca. “Febrero era el mes del inicio fuerte de la trilla, para esta época deberíamos tener un 60/70% cosechado y recién llegamos al 40%”. Al retraso de la siembra también colaboró el bajo nivel del río: “no había disponibilidad de agua para regar”, por lo que fue “bastante complicado”. La bajante, además, sumó costos a los productores. “Se gastó mucho en infraestructura para poder regar, como agregar caños o correr los bombeos de lugar”.
Complicaciones al margen, la rentabilidad sería positiva este año. El valor del arroz, aunque todavía no hay muchos negocios porque recién comienza la campaña, “se está hablando de $22 o 23 el kilo”. Excepcionalmente, también hay molinos que compran con más urgencia que otros, entonces mejoran un poco el precio. “Al no cotizar en bolsa, los negocios son muy puntuales”, indicó el asesor.
Por el momento, el rendimiento de indiferencia estaría por debajo de lo que están dando los primeros lotes. Aunque podrían variar por la suba de algunos insumos. “Sin duda es una campaña positiva, mayor que la del año pasado porque con la sequía hubo más radiación y los arroces están rindiendo bastante bien, por encima del costo”, afirmó Van Optal. Al inicio de la campaña calculó 5.500 kilos de costos directos, incluido arrendamiento, y hasta ahora los rindes van de 6.800 a 7.000 kilos, con casos aislados de 10.000. “Pero aún resta levantar los arroces que se sembraron más tarde”, aclaró. “Hasta que no esté todo en los silos uno nunca sabe”.
“El arrocero es así, un año de estos con rendimientos positivos con un margen bastante interesante que le permite saldar deudas y acomodarse enseguida toma coraje y encara de vuelta”, dijo el asesor, quien consideró que en el próximo ciclo podría crecer el área, “pero no mucho porque el norte del área está muy afectada por malezas”.