La resurrección del sorgo
El cereal había quedado casi en el olvido. Pero este año muestra un conjunto de ventajas que los sacó del letargo. La rusticidad para enfrentar una campaña Niña, mejores precios que el maíz y nueva tecnología para controlar malezas han desatado un interés inusual y se agotó la oferta de semilla.
Los buenos precios y el anuncio de año Niña, pero también el avance tecnológico para el control de malezas, le dan impulso al sorgo que esta campaña promete despertar del letargo en el centro norte santafesino (como en el resto del país). El dato contundente es que los materiales de punta están agotados. Y no deja de ser sugestiva la cantidad de charlas online sobre un cultivo que hasta el año pasado estaba casi excluido de las rotaciones.
“No hay más semillas” dijo a Campolitoral Navier Picco, asistente técnico de la Regional Videla de Aapresid. “Gente que hacía muchos años no sembraba lo va a hacer; y el que lo venía produciendo hará más”, aseguró. Al respecto recordó que en los últimos años “era cero, había desaparecido de la rotación”. Ahora en el norte del distrito, por ejemplo en Gobernador Crespo, algunos que les dio la temperatura del suelo ya iniciaron la siembra. Sin embargo el fuerte de la campaña, “por lo que se habla en los grupos”, será a partir de octubre.
Una reacción similar tuvo la asesora técnica de AFA Humboldt, Edith Weder, quien relató que el tema sorgo “supero las expectativas” a tal punto que no sólo se agotó la semilla sino que se vendió el doble que el año pasado. Por la perspectiva seca, dijo, “la gente cambio mucho maiz de segunda por sorgo; y ya no quedan híbridos a la venta”. Además, en la ecuación pesa que se hace con la mitad de costos y en zona tambera, donde la mayor parte va a autonconsumo, “se logran silos con las mismas proteínas que los maíces”. Normalmente el 70% tiene este destino y el 30% restante va a grano, pero como la mayor parte de los materiales son doble propósito los productores luego “resuelven sobre la marcha” según lo que convenga. Según Weder la mitad de los lotes que iban a maíz de segunda pasaron a sorgo.
Desde Gálvez, el asesor Claudio Bosco dijo que en su zona se nota “más coraje” para la siembra del cereal por varios factores: precio, año Niña y -sobre todo- la familiarización de los productores con los nuevos híbridos resistentes a imidazolinonas, que llegaron hace algunas campañas a solucionar una limitante seria del cultivo como era el control de malezas. “Si vos tenías un lote bien preparado para hacer sorgo después fracasabas porque no tenés herbicidas para controlar en post emergencia; y aplicar imidazolinonas dentro de los sorgos termina siendo una bala de plata”, explicó, porque se controlan las gramíneas, principal competidor del cultivo. Por otra parte, en lotes con cultivo de servicio se nota que lotes que se hicieron vicia y avena “están totalmente limpios, la vicia fijó nitrógeno, hicieron cobertura y frenaron malezas”.
Bosco aportó números para cotejar en lotes “marginales” para maíz, donde en otras campañas sin amenaza de restricción hídrica quizas se la jugaban pero ahora cambiaron hacia el sorgo. Sencillamente, en esos suelos Clase III o IV un sorgo de 60 quintales obtiene un margen bruto de 400 u$ s por hectárea contra la mitad de un maíz con el mismo rendimiento.
“Es un cultivo al que le estamos encontrando la vuelta; en los personal lo había dejado de hacer por rentabilidad y por problemas de malezas que perjudican el sorgo y las campañas que siguen, porque semillan y hacen banco para los años siguientes”, dijo el asesor, quien confió que de casi nada el año pasado pasó a planificar una 400 hectáreas en la campaña en curso. Si el año se anticipara húmedo como para proyectar maíces de 90 quintales el sorgo no sería competencia, aclaró.
Desde Tostado, el asesor Ricardo Mercau planteó un escenario similar para el noroeste santafesino. “Es muy alta la intención de siembra, prácticamente no estaba en las rotaciones”, dijo, y lo atribuyó principalmente a los 170 u$ s a cosecha que están traccionando los compradores chinos. Valoró también la irrupción en el mercado de los híbridos resistentes a imidazolinonas (aún así se gasta la mitad) y en su zona un dato no menor: la ventaja de pastorear el rebrote tras la trilla en campos ganaderos.