Exportan por primera vez el nuevo arroz santafesino
Este martes partió desde San Javier con rumbo a Oriente Medio el primer embarque de la variedad Aldebarán, desarrollada por el ingeniero agrónomo Rodolfo Vicino. Por su calidad logró un precio superior y hay más pedidos desde el exterior.
Juan Manuel Fernández
Aldebarán, el nuevo arroz santafesino nacido del trabajo de selección y cruzamientos del ingeniero agrónomo Rodolfo Vicino, será embarcado hoy por primera vez al exterior con destino a Oriente Medio, operación comercial que realiza la firma sanjavierina Trimacer.
“Vamos a hacer la primera exportación de Aldebarán a Jordania, son 6 contenedores de 25 toneladas cada uno”, confirmó Rubén Carlen, director de la empresa. La venta se concretó a través de un broker uruguayo que busca negocios en el mercado internacional con una prima de “20/25% hasta un 30% más de precio que el largo fino”, añadió el empresario.
La carga saldrá este 5 de julio desde la planta de la firma, que cuenta con la habilitación correspondiente. “Vamos a consolidar los contenedores el martes por la mañana, parten al puerto de Buenos Aires y desde ahí sale en barco hacia Jordania”, detalló el empresario.
Se trata de una “prueba piloto”, porque al ser el primer año que se produce y embarca esta variedad “no tenemos mucho stock” de esa mercadería, aclaró el industrial. “Vamos a ver si el año que viene nosotros y algún productor más podemos incrementar el área y seguir trabajando”, agregó. De hecho tiene otro pedido desde Turquía, “pero tengo que ver el stock que tengo, porque también debemos atender el mercado interno”.
Aldebarán es un arroz largo ancho del tipo fortuna, que Rodolfo Vicino desarrolló -e inscribió recientemente en el INASE- en el marco del plan de mejoramiento genético del Ministerio de la Producción, ya que además de investigador es titular de la oficina San Javier de la cartera. La principal virtud es su “baja estatura” y la robustez del tallo que impide el vuelco, un problema que suelen tener los “doble carolina” por el mayor peso de la panoja. También se destaca por el peso de los granos y el consiguiente incremento de rindes a campo, entre 30 y 50% superior al fortuna tradicional.
Carlen relató que la empresa colaboró con el programa oficial, aportando lotes “a estrenar” para su producción. “Es una variedad que al ser nueva necesitábamos tierras totalmente vírgenes, que no estén contaminadas con otro tipo de arroz”, dijo, y añadió: “la verdad que ha sido una planta con mucha rusticidad y productividad”. Tan satisfactorio fue el resultado que, de variedades largo ancho, “estamos usando únicamente ese arroz “, dijo.
Tanto los jordanos como clientes turcos ya le compraban arroz fortuna a la firma santafesina, pero esta será la primera vez que envían Aldebarán. “Yo mandé una muestra y la verdad que les gustó”. Explicó que estos mercados evalúan el producto por el tamaño del grano. Por ejemplo, exigen que los 1.000 granos pesen 29 gramos. “Nosotros a este arroz de Vicino lo pesamos y nos dio 31 gramos, así que es más grande, y quedaron encantados”, celebró.
Carlen comentó que los clientes también quedaron satisfechos con el desempeño culinario. “Lo probamos con colectividades orientales a las que les vendemos y son muy exigentes, sobre todo para hacer el sushi”, gracias al comportamiento pegajoso o glutinoso.
Campaña en retroceso
En contraposición, por la suba de costos se avizora en el sector arrocero santafesino un retroceso de la actividad en la próxima campaña. “Primero tenemos el problema de falta de combustible, estamos empezando a preparar tierras y no conseguimos gasoil, un problema serio”, afirmó Carlen, cuya empresa produce y elabora el arroz.
Además, planteó que la información sobre el comportamiento del río que llega desde Brasil indica que “este año se presenta muy similar”, por lo que volverían a sufrir sobrecostos para regar.
Y, sobre todo, mencionó el encarecimiento de los insumos, que si bien cotizan al dólar oficial de $125, se dispararon respecto del año pasado. Por ejemplo, en 2021 la tonelada de fertilizante valía u$s 500 y ahora cuesta u$s 1.000. Y “los herbicidas valían u$s 4 o 5 y ahora está en u$s 11; o sea que es imposible, el costo de indiferencia estamos en 7.000 kilos que en la zona nuestra es imposible de lograr”.
En este contexto se evidencia “un desincentivo muy grande”. Por lo que continuaría el proceso de reducción en el número de productores. “Nosotros algo tenemos que sembrar porque necesitamos para nuestra marca y el mercado interno”, dijo Carlen, aunque de todos modos anticipó: “vamos a disminuir el área, 30% seguro; y tres o cuatro productores ya dijeron que no van a sembrar, y todos van a disminuir área”.