El precio histórico de la miel impulsa inversiones en toda la cadena apícola
Según un informe, hay varios factores por los cuales el apicultor recibe tres veces más que el año pasado, cuando obtenía un dólar y fracción por cada kilo entregado.
El precio internacional de la miel subió en paralelo al aumento de los commodities este año, favorecido por malas cosechas en el hemisferio norte y nuevas normas aplicadas por Estados Unidos para detectar adulteraciones de productos, limitar importaciones desde el continente asiático y concentrarse en Sudamérica.
Por estos factores, el apicultor recibe tres veces más que el año pasado, cuando obtenía un dólar y fracción por cada kilo entregado, indicó un informe de Argenmieles.
Estos valores, sumados a proyecciones de una demanda sostenida y la posibilidad de llegar a nuevos mercados, alentaron a las firmas a invertir en nuevos equipos y asociarse para procesar mayores volúmenes.
“Con un valor que supera los US$ 3 por kilo, apicultores y exportadores invierten en equipamiento para hacer más eficientes sus procesos”, indicó a NA Lucas Andersen, responsable de la empresa que produce 20 mil kilos.
Se calcula que la Argentina exporte alrededor de 60 mil toneladas de miel al año. En el primer trimestre de 2021 ya se enviaron 10 mil
toneladas al exterior.
El mayor volumen se exporta entre marzo y mayo, para que sea envasada previo al invierno en el hemisferio norte.
Argenmieles, por ejemplo, maneja un volumen de 2.200 toneladas anuales, con miel que recibe de más de 10 provincias productoras.
El 95% del volumen se exporta, tanto con su marca como de terceros, mientras que del volumen de exportación más de un 10% se despacha fraccionado.
“La trashumancia es una práctica muy frecuente en la apicultura. Implica que los productores trasladen las colmenas a distintos campos según la época de floración, un proceso que puede llevar cientos de kilómetros. Para que estos movimientos se realicen en forma práctica, cómoda y sin riesgo para las abejas, suelen palletizarse las colmenas”, explicó Andersen.
Sostuvo que por esta razón, “cada vez es más común encontrar mini cargadoras en los establecimientos que cuentan con actividad apícola”.
“Son equipos todoterreno, con ruedas heavy duty, muy versátiles, a los que se les coloca una uña porta pallets y permite el traslado de las colmenas muy fácilmente”, añadió.
La familia Gerardi, de Trenel, provincia de La Pampa, fue pionera en el uso de mini cargadoras para su producción, modelo que trajeron de Estados Unidos, ya que cada año mueven más de 3.000 kilómetros con sus 8.000 colmenas, desde Salta hasta la provincia de Buenos Aires.
Por medio del canje de tambores de miel por mini cargadoras, hoy los pequeños y medianos apicultores también pueden capitalizarse.
Estos implementos cuentan con accesorios de acople rápido con más de 40 aditamentos, de modo que pueden utilizarse para movimiento de suelos, tareas de desmalezamiento y barredoras.
Al ser equipos chicos, pueden trasladarse fácilmente en un tráiler o camión.