El maíz de primera cerró el ciclo con mayores rindes
En tanto, el maíz de segunda disminuyó su rendimiento promedio en un 13% respecto al ciclo anterior. Ya se evidencia déficit hídrico en algunos lotes de trigo.
La continuidad de la estabilidad climática, con ambientes más secos y una disminución de los porcentajes de humedad, generaron buenas condiciones para que se desarrolle el proceso de cosecha de los maíces tardíos, alcanzando el final de la recolección y con ello, el final del ciclo, como así también de la campaña de cosecha gruesa 2019/2020, informó el Sistema de Estimaciones Agrícolas que difunde la Bolsa de Comercio de Santa Fe.
Por otra parte, estuvo detenido, casi en su totalidad, el movimiento de equipos y sembradoras, especialmente en el sector centro norte de la provincia, para la implantación del cultivo de girasol, como consecuencia del período seco y la disminución de la humedad entre los 5 y 7 cm superficiales, de los perfiles de los suelos.
Maíz temprano
Fin de ciclo del cultivo, campaña 2019/2020, con una superficie sembrada de 98.000 ha, superficie cosechada (grano comercial) de 74.000 ha, con un rendimiento promedio de 98,5 qq/ha y una producción de 734.843 toneladas.
El cultivo “expresó todo su potencial genético”, generando un aumento del 3,55 % en el rendimiento promedio y 101.193 toneladas más, en la producción final, en comparación con la campaña 2018/2019.
Maíz tardío
La superficie sembrada fue de 86.350 ha, superficie cosechada (grano comercial) 73.650 ha, con un rendimiento promedio de 65 qq/ha y una producción de 479.160 tn.
El cultivo presentó complicaciones en las diferentes etapas, “principalmente en floración y fructificación, por déficit hídrico”, señaló el SEA.
En el final de ciclo, se prolongó el proceso de cosecha, por los porcentajes de humedad ambiente y de grano. Ante las variaciones climáticas según zonas, el cultivo disminuyó un 13,3 % su rendimiento promedio y se obtuvieron 128.340 tn menos en la producción final, en comparación con la campaña 2018/2019.
Trigo
Un 90 % de los cultivares, presentaron un buen desarrollo en los diferentes lotes, así como en el inicio de su ciclo. Con buena respuesta a la fertilización y también un buen estado sanitario, en la totalidad del área de estudio.
Aquí se concentraron, casi en su totalidad las variedades de ciclo largo y más del 60 %, de las variedades de ciclos intermedios.
El resto de lo implantado, en particular, lo sembrado en la segunda etapa, con trigos de ciclo intermedio y corto, se observó un 5 % en estado regular, que con el transcurso de los días, ante la decreciente disponibilidad de agua útil, después de una buena germinación y emergencia, evidenciaron síntomas de déficit hídrico, observándose lotes no uniformes.
El restante 5 %, se halló en estado regular a malo, con ciertos inconvenientes en los nacimientos y en los stands de plantas por unidad de superficie, coloración pálida con sectores amarillentos en su área foliar, ubicándose geográfica y particularmente en los extremos suroeste y noroeste del SEA. De no registrarse precipitaciones, como la prevén los pronósticos, dicha superficie iría en aumento.
Girasol
Luego de iniciado el ciclo, la semana anterior, el proceso de siembra de girasol, logró un grado de avance del orden del 16 % y ante la disminución de la humedad en la cama de siembra, se paralizó en su totalidad.
“Solo algunos productores avanzaron con la implantación, realizándola en forma más profunda para alcanzar la humedad adecuada que posibilite la germinación, con todo el riesgo que ello implicaría.”, destacó el informe.
Se estimó una intención de siembra similar a la superficie alcanzada en la campaña anterior, que fue de 108.500 ha