De San Javier a Japón: el arroz orgánico sale al mundo
Una empresa argentina logró la apertura del exigente mercado japonés a su arroz orgánico. Desarrollado y mejorado en San Javier, apunta a brindar una nueva alternativa sostenible para los pequeños productores de la región.
“Arroz argentino en Japón. La empresa Organic Latinoamérica exportó 72 toneladas de arroz blanco que llegarán en abril. La intención es aumentar los volúmenes de ventas e incluir otros productos como legumbres orgánicas”. La frase fue subida a las redes sociales por Marisa Bircher (funcionaria responsable del comercio exterior del Gobierno Nacional). La noticia también fue difundida por el embajador japonés en Argentina, Noriteru Fukushima, quien hizo lo propio afirmando: “Por primera vez durante décadas, arroz argentino va a Japón!! Ojalá Japón también importe legumbres y más productos argentinos”.
Este logro es el resultado de una audaz apuesta que combinó mucho conocimiento del mercado externo y la pasión por buscar alternativas productivas sustentables, empezando en nuestra provincia.
Desde la semilla
El Ing. Agr. Rodolfo Vicino es el responsable del desarrollo de las semillas, las que fueron cultivadas luego en Corrientes y que -ya convertidas en grano- están viajando a Japón. Hablando manos a mano con Campolitoral (sobre una taipa arrocera), detalló algunas características del emprendimiento. “Se trata de un arroz orgánico (sin el agregado de agroquímicos), que tiene otras exigencias más estrictas: no puede tener contaminación, tiene que haber un período de carencia de por lo menos 3 años de no siembra de otros tipos de arroz convencional, etc.”, explicó.
Vicino afirmó que desde San Javier proveen la semilla a los pequeños productores, que a su vez lo venden a la firma exportadora (responsable del 60 % de las exportaciones de orgánicos a EE.UU y a Japón).
“Es muy gratificante haber podido entrar nada menos que al mercado de Japón, para quien el arroz es el alimento más importante. El primer embarque es de 72 tn. de un arroz tipo corto, más conocido como el Yamaní, bastante popular en las dietéticas, un arroz de muy buena cocción, especial para la cocina asiática, demandante de este tipo de grano”.
Una nueva oportunidad
Al respecto, y con la modestia quelo caracteriza, contó que en San Javier han conseguido una mejora sustancial en la genética de la planta “ya que la achicamos y conseguimos que no se vuelque al madurar por el peso. Logramos una planta mediana, mejorada y más productiva”.
En cuanto a la oportunidad para los pequeños productores, sostuvo que “es un nicho muy importante, pero es todo muy nuevo, recién se conoció ahora en febrero el embarque”. Sin embargo, el dato a tener en cuenta es que estos arroces normalmente se pagan entre un 30 y un 50 % más que los convencionales. “Es verdad que rinde menos, y hay una serie de limitaciones de tipo agronómico en el manejo de las malezas, pero no deja de ser interesante. Y en la medida que podamos perfeccionar nuevas tecnologías de manejo, puede haber un intercambio muy favorable para nosotros, que podremos tomar tecnologías que no estamos usando en este momento”.
Finalmente, acerca del inicio de la cosecha, advirtió que es prematuro para hacer un análisis. “Sobre un 15 % de lo recolectado, hay un arranque muy pobre, pero los arroces que florecieron con más días luminosos van a tener buen rendimiento. Igualmente, vamos a tener una campaña menor que la del año pasado, pero así es la agricultura”.
Vicino opinó que hoy se le aplican al arroz impuestos muy distorsivos que no permiten exportar, y que el mercado interno está muy caído. “Hoy estamos a $ 7 el kilo (igual que el trigo, pero con el triple del costo de producción). Estamos necesitando un rinde de 6 mil kilos para salir derechos. Si el rinde mejora, el productor podrá planificar con algo más de certeza”.
El poder de la información
Por eso, que en este escenario, la noticia de Japón es aire fresco que permite ilusionarse con otras salidas. Cristian Martínez es presidente de Organic Latin America S.A. y director en Silchron S.A. Hablando con Campolitoral no ocultó su optimismo, y se tomó el tiempo para justificar el éxito de la noticia. “Trabajé en el Estado 15 años luego de estudiar economía agraria”, empezó contando. “Entré a la Cancillería y trabajé como técnico; después me fui a la provincia de Buenos Aires en el Ministerio de Agricultura, luego a la fundación Exportar, y más tarde a la embajada argentina en México. Y en 2008 me fui del Estado. Ya teníamos una Pyme de comercio exterior de alimentos, y me puse a trabajar en lo mío, dando además clases en la Facultad”, resume. Luego recordó que en 2010 surgió la posibilidad de hacer arroz ecológico, y que en ese mismo año empezaron con los primeros containers.
“Empecé a dar charlas por todo el Litoral, me di toda la vuelta a la región arrocera, y en una de ellas lo conocí a Rodolfo Vicino. Él nos invitó a San Javier, donde hicimos una primera siembra de arroz orgánico”, recuerda.
A raíz del contacto del profesional con la Facultad de La Plata aumentaron el contacto, y le pidieron que desarrolle algunas semillas, “y él, con su enorme paciencia saca semillas y las sembramos o las mejora con sus conocimientos”, sintetiza agradecido.
Paso a paso
Martínez contó que al principio intentaron con una pequeña comunidad de productores, pero no lograron convencerlos que era buen negocio y no contaban con recursos. Y aclara que agroecológico no es lo mismo que orgánico, ya que esto último está regido por una ley que además taxativamente impide que se use algún producto de síntesis química. También tiene más valor, aunque algo más de costos a la hora de las certificaciones.
Sin embargo, el arroz es sólo unas de las unidades de negocio de la empresa. “Estamos abiertos para hacer lentejas, lino, sorgo blanco, mijo, además de seis tipos de legumbres en el norte, para poder empezar de a poco. Tenemos las ventas atadas”, explica.
Y tan atadas, que hoy son la empresa que más arroz orgánico exporta de Sudamérica a EE.UU, Canadá y la UE. Además de Nueva Zelanda, Australia, Sudáfrica, Bolivia, y ya están queriendo entrar en Perú y Costa Rica.
¿Cómo entraron?
Ahora bien, si en Japón el arroz no entra (porque tiene de arancel 500 a 600 %), la pregunta del millón es: ¿Cómo lo lograron?. La OMC obligó al país del “sol naciente” a abrir una cuota de 700 mil tn. Ahí vieron la veta. “Y un día nos mandaron dos japoneses para comunicarnos que estaban interesados en comprar arroz”, recuerda.
En un principio se interesaron por el arroz corto. Allí empezaron a intercambiar certificados, documentación, envases, encomiendas con muestras, y a principios de 2018 llegaron 4 japoneses más para hacer el aseguramiento de la calidad. Tomaron las muestras, las guardaron y las enviaron. Les gustó, y entramos en una licitación del Gobierno de Japón”.
Acuerdo de caballeros
Martínez recuerda que en el pasado mes de septiembre se hizo la licitación, y en octubre la ganaron, para enviar las primeras 72 toneladas. “Pero no fue fácil. 200 tn. nos hicieron pasar de un silo a otro para muestrear. Mandaron esas muestras a EE.UU y a Japón para chequear que no haya margen de error. En 10 días las muestras dieron bien. Además, estuvimos 3 semanas procesando el grano para sacar el porotillo y grano manchado, redujimos lo más posible los granos partidos, e hicimos un proceso de fumigación (que tenemos patentado, con dióxido de carbono). Eso mata los huevos que están siempre en el arroz”. Días más tarde partieron los camiones al puerto con las muestras en las 72 bolsas, desde el Molinos Cañuelas, y en 3 contenedores a Buenos Aires donde se volvieron a cargar en buque a Japón.
Está previsto que a fines de marzo lleguen a su destino final. “Ahí voy a estar. Quiero estar para conocer personalmente al cliente final, y además para aprovechar el paso por Singapur, donde fuimos seleccionados como una de las empresas con valor agregado”.
A campo
Martínez asume que su empresa no sabe producir. Y que para eso están los productores. Por eso, apostaron por esta variedad que se implantó en Corrientes, cerca de La Cruz, en 3 campos certificados con productores que hace años que la vienen probando. “Se hace la preparación de la cama de siembra, sobre la tierra seca (no se hace pregerminado), se hace el taipeado y se siembra”, explica. Por suerte les llovió justo, permitiendo que cuando la planta estaba en 10 cm. se empiece a inundar el campo, usando (si es necesario) algunos fungicidas biológicos para pedicularia, insecticidas biológicos para chinches y fertilizantes foliares. “Claro que tuvimos arroz colorado, y hemos tenido que desmalezar a mano. ¡Hasta 60 has. a mano!”, recordó entre risas. Por último, una vez cosechado, el arroz orgánico se seca (no se puede secar con leña, hay que usar gas).
Finalmente reconoció que en Argentina no se sabe de arroz “y los arroceros tampoco hacen mucho para hacer conocer las otras variedades. Si comés un arroz de éstos te morís, no lo podés creer, es para una paella en Oviedo, o para cualquier chef de Buenos Aires, es otra cosa. Acá consumimos dos variedades y nada más”.
Martínez reconoce que le aportan a los productores un salto de valor y un negocio de largo plazo. “Hace 10 años que estamos y hay productores que hace 4 o 5 años que trabajan con nosotros. Para los productores chicos está buenísimo, podés planificar la rotación, nosotros lo ayudamos, y le aportamos el conocimiento de los datos de los mercados para hacer otros granos como lino, pasturas, ganadería , etc. Ganadería con arroz es una combinación que está andando muy bien”, sostiene con entusiasmo.
Alianza global
Organic Latin America es el resultado de una alianza global de empresas “que apuntan a la excelencia en la producción de alimentos orgánicos”. Formada por empresas de Nueva Zelanda, Dinamarca, Tailandia y Argentina, buscan satisfacer las necesidades de los importadores y consumidores de productos orgánicos de mercados líderes internacionales. Variedades de arroz y alimentos preparados a partir de harina de arroz, así como frutos secos que se producen en estaciones opuestas al hemisferio Norte, son algunos de los productos que promocionan. “La presencia de la empresa en los cuatro continentes representa una única iniciativa global, que permite a nuestros clientes disfrutar de una oferta constante de productos orgánicos”. Según afirman, los recursos humanos, el financiamiento, la logística, y una gran capacidad de producción, los posiciona en los mercados internacionales alimenticios orgánicos.