A Macri sí le preocupa el dólar: el dilema de la inflación y la recesión
Pese a los dichos de Marcos Peña, el Presidente sigue con atención la evolución del tipo de cambio. El dilema de dejarlo subir o mantenerlo a raya y empeorar la recesión. Pide opiniones y busca alternativas.
Por más que el jefe de Gabinete, Marcos Peña, tras seis meses de silencio, haya salido a declarar que “en cuanto a la dinámica del mercado cambiario, tenemos la tranquilidad de tener un Banco Central con un equipo competente, con herramientas y capacidad para enfrenar volatilidades” (entre otros conceptos), en los pasillos de la Casa Rosada se comenta que el dólar sigue siendo una de las principales preocupaciones del presidente Mauricio Macri. Tanto es así, agregan como dato, que el primer mandatario habla frecuentemente con varios economistas y exfuncionarios.
Los economistas señalan que el actual titular del BCRA, Guido Sandleris se encuentra en una encerrona. Si el Gobierno optara por mantener la competitividad del tipo de cambio y tratara de mantener su valor acompañando la inflación, no sólo impulsaría el aumento de los precios, sino que también – y esto es lo que más preocupa – comprometería la recuperación salarial, con el costo político que esto tendría tras un 2018 en que los sueldos llegaron a perder 12% (en el peor momento, en diciembre), y en vísperas de las elecciones presidenciales en donde Macri se jugará la reelección.
Pero si, por el contrario, el ajuste que decidiera desde abril el gobierno para la banda de intervención cambiaria se ubicara por debajo de la inflación, esto provocaría retraso en el tipo de cambio y, consecuentemente, aumentaría el riesgo de una mayor presión de demanda sobre el dólar (al dar una señal de abaratamiento de la divisa), un fenómeno que de por sí tiende a presentarse en momentos de incertidumbre política, como el presente.
Hoy los analistas discutieron sobre declaraciones de uno de los economistas que más sabe sobre inflación, Roberto Frenkel, al sitio Infobae. El economista afirmó que “un dólar que se mueva por debajo de la inflación es seguro una desgracia futura”.
Es que ya 1989 en los diarios se veían notas con títulos tales como: “La tasa gana por puntos y el dólar por nocaut”.
No sin ironía, y reflejando lo complejo del momento, un destacado economista reflexionó “lo que dice Frenkel es correcto, pero un dólar que se mueva por encima de la inflación es un seguro de desgracia presente”.
Para colmo de males, el Banco Central tiene limitado su margen de acción en virtud de los rígidos límites de intervención establecidos en el acuerdo con el FMI. “No puede ser que nos corran con dos mangos”, se escuchó en la Casa Rosada el jueves pasado cuando la divisa verde subió cerca de 4% en un solo día, apuntalada por una operación de compra sobre el cierre del mercado, por unos magros 5 millones de dólares.
Allegados al Gobierno señalaron ese día, que saltos tan bruscos llevan a que se disparen los mecanismos de stop losses (frenar pérdidas) de fondos del exterior, lo que puede generar “una demanda de divisas descontrolada”.
En el Gobierno confían en que con los desembolsos del Fondo y los ingresos de la próxima cosecha gruesa – unos 7.000 millones de dólares adicionales, tras la sequía de la anterior campaña-, se contará con suficientes dólares como para hacer frente a la eventual presión de demanda.
Hacen números y sostienen que el mayor peligro son unos 300.000 millones de dólares que se constituyeron en plazos fijos en pesos durante los últimos cinco meses aprovechando el diferencial de tasas de interés sobre el ritmo de devaluación y otro tanto que podrían no renovarse de Lecap. Se trata de unos 10.000 a 15.000 millones de dólares, calculan en números gruesos, que “si bien son una cifra importante, estamos en condiciones de afrontarla”, aseguran.
Pero para evitar saltos bruscos en el dólar, algunos economistas consideran necesario que el FMI acepte darle mayor margen de intervención al Banco Central. En particular, se considera “muy ancha la banda de intervención cambiaria” (hoy el dólar podría subir hasta unos 50 pesos sin que el BCRA esté facultado para vender divisas).
No obstante, consultas realizadas por ámbito.com en Washington arrojan que “difícilmente el Fondo acepte esto, sería reconocer que estaban equivocados y ese no es su estilo”. En lo inmediato, fuentes del Palacio de Hacienda señalan que el paso que hará el ministro Nicolás Dujovne esta semana por Washington, donde se reunirá con autoridades del FMI, tendrá solo un “carácter protocolar”. Dujvone ya se encuentra en Houston para participar de un encuentro del sector energético acompañado por Gustavo Lopetegui. En tanto, el titular del BCRA está en Basilea.
Mas peleas de los “petisos”
En tanto, en el Gobierno se sigue también con particular atención los datos sobre la evolución de la actividad. En un intento por resolver la asfixia financiera por la que atraviesan numerosas empresas, las autoridades lanzaron recientemente créditos por 80.000 millones de pesos a tasas subsidiadas.
Sin embargo, alertan fuentes del sector privado, que se teme que estos préstamos serán canalizados por los bancos a los mejores clientes, es decir los que “tienen las mejores carpetas”. De ahí que sospechen que “al menos una parte de estos créditos no se destine la producción (con caída de la demanda no hay incentivo para aumentar la oferta), sino a lograr diferencias financieras en pesos, en el mejor de los casos, o a especular comprando dólares”.
En las Sociedades de Garantías Reciprocas se comenta que están pasando el personal de la sección comercial a cobranzas por la imposibilidad de colocar algún préstamo.
Los problemas de coordinación económica aún persisten. Preocupado porque la incipiente reactivación en algunos sectores no se corte el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica impulsó según comentan fuentes oficiales un proyecto cuyo propósito era apoyar a las pymes. Dicen que la iniciativa fue rechazada por el Palacio de Hacienda por considerar “que tenía un elevado costo fiscal”, según comentan en la Rosada.
Según se quejan en el Palacio de Hacienda Sica habría dicho al presidente Macri que la iniciativa contaba con el beneplácito de Dujvone cosa que –argumentan – no era así.
Afirman que este cortocircuito provocó otra acalorada discusión entre “Sica y Dujvone” de la que resultó que finalmente el proyecto no concretara, pero no sin el costo de resentir aún más la relación entre ambos funcionarios.
Sica está preocupado por la situación de las pymes porque como le comentan con estas altas tasas de interés, la caída de la actividad económica, la presión tributaria se suma un factor que ya no “es tan fácil negrear” como comentan. Es cierto que bajar la evasión tributaria es una muy buena política pero no es menos cierto también que la mochila impositiva que se tiene en el país hace muy difícil que puedan sobrevivir pequeños emprendimientos. Uno de los factores que observan a nivel oficial es que en algunos momentos el dólar blue llegó a estar por debajo de la cotización del oficial, explican, que las pequeñas empresas se desprenden de dólares para hacer frente a las obligaciones.